“Alguien voló sobre el nido del cuco”El vuelo que aún nos libera.

En 1975, Milos Forman no solo dirigió una película. Encendió una mecha. Alguien voló sobre el nido del cuco es una obra tan profundamente humana que atraviesa generaciones, géneros y geografías. Es cine en estado puro, sí. Pero también es una pregunta ética, un testimonio político y una elegía para todos los que, alguna vez, sintieron que no encajaban en el molde que el mundo les impuso. Forman, que venía de huir de un régimen totalitario en Checoslovaquia, no eligió esta historia por azar. El manicomio no es solo un hospital psiquiátrico: es una metáfora precisa y cruel del sistema. Un sistema que premia la obediencia, que castiga la diferencia, que extirpa lo imprevisible. El director convierte ese espacio cerrado en una radiografía del mundo. Y lo hace sin estridencias. Con esa sensibilidad de quien ha sido testigo del abuso de poder real, pero también de la ternura inesperada que puede florecer incluso entre ruinas. Randle P. McMurphy no es un héroe convencional. Es un b...