“Bajo la piel de Brûle le Sang, la redención parece una ilusión.”
El primer largometraje de Akaki Popkhadze, Brûle le Sang, es una obra compleja y conmovedora que fusiona la violencia, la religión y las dinámicas familiares dentro de un thriller criminal. La película, que debutó en la sección New Directors del Festival de Cine de San Sebastián, es una exploración profunda de los conflictos internos de los personajes, que luchan con sus propios demonios y su relación con el entorno violento que los rodea.
Akaki Popkhadze, nacido en Georgia y afincado en Francia, aporta una mirada única al cine contemporáneo. Su paso al largometraje viene acompañado de una experiencia previa que le permite imprimir en Brûle le Sang una autenticidad y cercanía que pocos directores logran en su ópera prima. El propio Popkhadze menciona que el rodaje en su ciudad adoptiva, Niza, le facilitó una experiencia más orgánica, al contar con un equipo cercano y un elenco compuesto, en parte, por amigos y conocidos. Esta familiaridad se refleja en la naturalidad de la película, tanto en sus personajes como en su ritmo narrativo.
Los protagonistas de Brûle le Sang, Tristan (interpretado por Giorgi Tabidze) y su hermano, son encarnados por actores georgianos, lo que dota a la película de una fuerte autenticidad cultural. La madre de los hermanos, interpretada por Natali Japaridze, se enfrenta a la violencia y el dolor familiar desde una posición de fragilidad y resiliencia, una dualidad que también define el enfoque emocional de la película.
La dirección de fotografía de Justin Vaudaux es crucial para la atmósfera de Brûle le Sang. La elección de usar un objetivo gran angular crea una sensación de cercanía e intrusión que permite al espectador penetrar en la intimidad de los personajes. Este estilo visual intrusivo y físico refleja las tensiones internas de los personajes y su lucha por reconciliar sus vidas personales con las circunstancias que los rodean. La fotografía no solo sirve a la narrativa, sino que también refleja el conflicto entre el exterior (el mundo violento) y el interior (las luchas internas de los personajes).
La dirección de arte, bajo la supervisión de Magali Pierre, también juega un papel importante en la creación de la atmósfera claustrofóbica que acompaña a la película. Los espacios cerrados y los escenarios naturales de Niza están cuidadosamente construidos para reflejar el mundo interior de los personajes, creando una cohesión visual con la temática central de la historia.
La música, compuesta por Maxime Poinet, complementa perfectamente el tono de la película. Poinet crea una banda sonora minimalista que se entrelaza con el sonido ambiental, construyendo una atmósfera de tensión continua. Su trabajo en esta película es un claro ejemplo de cómo la música puede ser una extensión del conflicto emocional de los personajes, sin necesidad de sobrecargar la narrativa. Poinet ha trabajado previamente con Popkhadze en proyectos más pequeños, lo que ha permitido una colaboración más fluida y efectiva en este debut cinematográfico.
El tema de la religión y la violencia es central en Brûle le Sang. Popkhadze utiliza su propia experiencia con la religión ortodoxa para explorar cómo los personajes intentan reconciliar sus creencias con sus actos violentos. Tristan, el protagonista, es un joven atrapado entre la devoción religiosa de su familia y su participación en un mundo marcado por la violencia. Este conflicto moral, tan presente en la trama, es un reflejo de las luchas internas que Popkhadze mismo ha experimentado.
Brûle le Sang se inserta dentro de un subgénero que explora la violencia y las relaciones familiares complejas. Si bien tiene su propia identidad, es posible encontrar ecos en algunas películas que abordan temáticas parecidas, como el conflicto interno entre el bien y el mal, la religión y la familia. Ejemplo de ello es A Prophet (2009) de Jacques Audiard, que también se centra en el mundo del crimen organizado y la lucha interna de un personaje atrapado en este entorno. Malik El Djebena (Tahar Rahim) debe afrontar su destino mientras se ve obligado a convertirse en líder dentro de una prisión controlada por mafias, un tema que resuena con la evolución de Tristan en Brûle le Sang, quien se ve arrastrado por la violencia a pesar de sus esfuerzos por mantenerse fiel a su fe.
Otro referente interesante es The Night of the Hunter (1955) de Charles Laughton, una película clásica que explora la lucha entre el bien y el mal, personificada en la figura del predicador Harry Powell (Robert Mitchum). Este personaje, que predica el amor y la devoción, se convierte en una figura aterradora que esconde su propia violencia, algo que también se observa en los personajes de Brûle le Sang, quienes deben lidiar con la contradicción entre su fe y las acciones que emprenden.
Además, The Godfather (1972) de Francis Ford Coppola, un pilar del cine de gánsteres, también explora las tensiones familiares en un contexto de crimen organizado, donde las decisiones de los personajes tienen un profundo impacto tanto en su entorno inmediato como en las generaciones venideras. Al igual que en la familia Corleone, las dinámicas entre los miembros de la familia en Brûle le Sang son fundamentales para la narrativa, mostrando cómo los lazos familiares pueden verse trastornados por la violencia inherente a su entorno.
Películas como Calvary (2014) de John Michael McDonagh, en la que un sacerdote (Brendan Gleeson) se ve amenazado de muerte por un feligrés, también exploran la intersección de la religión y la violencia, un tema clave en Brûle le Sang. El personaje principal de Calvary enfrenta un dilema moral entre su fe y los pecados de los que es testigo, algo que refleja el conflicto de Tristan, quien se debate entre la devoción a su familia y la violencia que debe enfrentar.
Finalmente, The Place Beyond the Pines (2012) de Derek Cianfrance explora cómo las acciones de un individuo pueden trascender a las generaciones futuras. Al igual que en Brûle le Sang, donde los hermanos luchan con el legado de su familia y la violencia que los rodea, The Place Beyond the Pinesnos muestra cómo los actos del pasado pueden arrastrar a los personajes a un futuro marcado por la violencia y la toma de decisiones difíciles.
Brûle le Sang es una obra que, a través de sus personajes complejos y su mirada cruda a la violencia y las relaciones familiares, ofrece una reflexión sobre la lucha interna entre el bien y el mal. La dirección de Popkhadze, junto con un equipo técnico excepcional, crea una atmósfera tensa y emocionalmente cargada, que logra sumergir al espectador en el conflicto de los personajes. La combinación de elementos visuales, musicales y narrativos, junto con el trabajo de un elenco talentoso, convierte a Brûle le Sang en una película que deja una marca profunda y perdurable.
Xabier Garzarain


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