“Emilia Pérez: Transformación y poder en un juego entre el crimen y la identidad”

 La película “Emilia Pérez”, de Jacques Audiard presenta una historia original y refrescante que fusiona el drama con el humor. Rita,interpretada por (Zoe Saldaña)abogada sobrecalificada pero subestimada por su bufete,encuentra una oportunidad única cuando Manitas,interpretado magistralmente por (Karla Sofía Gascón ) el líder de un cartel, la contrata para que le ayude a salir del mundo del crimen. Sin embargo, la sorpresa radica en que Manitas no busca solo una retirada delictiva, sino que quiere realizar una transformación personal, convirtiéndose en la mujer que siempre ha soñado ser. Este giro inesperado le da a la película una profundidad temática que aborda tanto las cuestiones de identidad de género como los conflictos internos relacionados con el poder y la vulnerabilidad.

La trama combina elementos del cine de mafias con la narrativa de autodescubrimiento personal. El personaje de Manitas desafía las expectativas tradicionales de género en el cine, al plantear el deseo de una figura tan poderosa de romper con su pasado y asumir una nueva identidad. Mientras tanto, Rita, la abogada, también lidia con sus propios dilemas personales y profesionales, lo que añade capas de complejidad al desarrollo de la historia.


Uno de los puntos fuertes de Emilia Pérez es el nivel de interpretación de sus protagonistas. La actuación de (Zoe Saldaña)que interpreta a Rita es destacable, mostrando una evolución sutil desde su frustración inicial hasta la eventual aceptación de sus propios deseos y ambiciones. La química entre ella y Manitas es un eje central de la película, generando una relación que combina el miedo y el respeto, pero también un inesperado entendimiento mutuo.


(Karla García Gascón) que da vida a Manitas ofrece una actuación memorable al navegar con destreza entre su temible imagen pública como jefe de un cartel y su deseo privado de convertirse en Emilia Pérez. Su transición emocional y física se trata con una mezcla de vulnerabilidad y determinación, dando lugar a una interpretación que mezcla la fragilidad y el poder de forma convincente.


El vestuario juega un papel fundamental en la evolución de Manitas a Emilia Pérez. Inicialmente, los trajes sobrios y oscuros del mundo criminal contrastan fuertemente con las elecciones de vestuario más luminosas y femeninas que comienzan a aparecer a medida que avanza la película. El cambio de imagen simboliza tanto la transformación personal como el intento de reconciliación entre su pasado y su verdadero yo.


En cuanto a la ambientación, la película mantiene una estética que oscila entre lo elegante y lo sórdido. El universo del crimen organizado está representado a través de locales oscuros y opresivos, mientras que los momentos de mayor introspección personal o libertad se desarrollan en espacios más abiertos y brillantes. Este contraste visual refuerza las tensiones emocionales y temáticas del film.


A pesar de tener una duración considerable de 130 minutos, Emilia Pérez maneja bien su ritmo. La película intercala momentos de tensión y acción con escenas más íntimas y reflexivas, logrando mantener el interés del espectador a lo largo de su narrativa. Aunque algunas escenas pueden sentirse prolongadas, especialmente en las conversaciones más filosóficas o personales entre Rita y Manitas, la película nunca pierde el rumbo. Audiard sabe cuándo acelerar la acción y cuándo tomarse un respiro para que los personajes puedan desarrollar sus arcos dramáticos.


Jacques Audiard parece estar interesado en explorar la dualidad del ser humano, tanto en términos de género como de poder. La película no solo trata sobre un líder de cartel que desea retirarse, sino sobre alguien que ha estado ocultando su verdadera identidad bajo una fachada impuesta por la sociedad y las circunstancias. Al mismo tiempo, Rita, una abogada frustrada de intentar defender causas pérdidas en un país como Mexico en el que la corrupción y la violencia extienden sus tentáculos por la sociedad, debe enfrentarse a sus propias limitaciones y reconocer su capacidad para tomar el control de su vida y su carrera.


El mensaje central de la película es que todos, independientemente de su posición o poder, luchan con cuestiones de identidad y aceptación personal. La película celebra el derecho a ser uno mismo, aunque esto implique romper con las normas sociales y expectativas tradicionales.


En resumen, “Emilia Pérez” es una película que desafía las convenciones del cine de mafias, mezclando géneros y temáticas de una manera sorprendente y refrescante. La interpretación poderosa de sus protagonistas, sumada a una trama que explora la identidad de género de una forma matizada y respetuosa, hacen que la película sea más que un simple thriller sobre crimen organizado.


Audiard ha logrado crear una obra que toca tanto las emociones como el intelecto, ofreciendo una visión única sobre el autodescubrimiento, la aceptación personal y el coraje necesario para cambiar. Aunque no es una película fácil de encasillar, Emilia Pérez es, sin duda, una obra que resonará con el público por su originalidad y profundidad temática.


Xabier Garzarain 






Comentarios

  1. La vi... solo la musica me gusto...y ni tanto. Lo que sí odie es que trivializa lo trans y lo mafioso.

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