“ Exhuma” respeto a los ancestros.

 Crítica de “Exhuma” 



La propuesta de Jang Jae-hyun en Exhuma nos adentra en una historia de exploración espiritual y confrontación con lo desconocido. A través de una narrativa que mezcla folclore y temas de lo oculto, el director surcoreano nos sumerge en un ambiente oscuro y enrarecido, donde los secretos de una familia y las fuerzas ancestrales se vuelven el foco de una investigación sobrenatural plagada de misterio.


El ritmo de Exhuma es inquietante y pausado, manteniendo una tensión que crece de forma progresiva. Desde los primeros minutos, Jang Jae-hyun establece un tono de suspense que sumerge al espectador en un clima de incertidumbre y temor. La historia, que sigue a una chamana y su aprendiz, logra un equilibrio cuidadoso entre la calma previa a la tormenta y el caos desatado en los momentos de confrontación con lo sobrenatural. Sin embargo, algunos pueden percibir que este ritmo, al ser deliberadamente lento, requiere paciencia, ya que Exhuma toma su tiempo en desentrañar el misterio, una elección que enfatiza el aspecto espiritual y reflexivo de la historia.


El reparto es uno de los pilares de Exhuma, especialmente las interpretaciones de Kim Go-eun, quien encarna a la chamana, y Choi Min-sik, en el papel del experto en feng shui. Kim Go-eun ofrece una actuación profunda y contenida, logrando transmitir una sabiduría ancestral junto con un temor latente ante las fuerzas que enfrentan. Su interacción con Choi Min-sik, un veterano del cine surcoreano, es memorable: mientras Kim aporta la sensibilidad y la conexión espiritual, Choi personifica una racionalidad pragmática que contrasta con el misticismo de la trama. Lee Do-hyun y Yoo Hae-jin, como el aprendiz de la chamana y el embalsamador, respectivamente, enriquecen la dinámica del equipo con una mezcla de escepticismo y vulnerabilidad, lo que suma matices a la exploración de lo desconocido.


Exhuma se enmarca en una tradición de cine de terror sobrenatural que explora los conflictos entre el mundo de los vivos y las fuerzas de ultratumba, similar en tono a El Exorcista o The Wailing (2016), otra obra surcoreana que combina terror y crítica social. Sin embargo, aquí, Jang logra destacar al no limitarse al terror psicológico o a la narrativa de exorcismo, sino que también profundiza en las creencias culturales coreanas, especialmente el papel del chamanismo y la importancia del feng shui en la conexión espiritual con el entorno. Esta aproximación lo distingue de otras producciones recientes del género, acercándolo más a un estudio cultural que a una simple película de terror.


El atrezo y el vestuario juegan un rol fundamental en la ambientación de Exhuma. Los elementos chamánicos, desde los instrumentos de ritual hasta las ropas ceremoniales de la protagonista, están recreados con una precisión que añade autenticidad al relato. El vestuario de la chamana, sencillo pero lleno de detalles simbólicos, representa tanto la humildad como la sabiduría que su rol implica. Las elecciones de vestuario para la familia adinerada, en cambio, contrastan al reflejar una vida de lujo y desconexión espiritual, lo que subraya el abismo entre ambos mundos. La tumba ancestral y los elementos rituales utilizados para la exhumación crean una atmósfera ominosa que intensifica el misterio.


La banda sonora de Exhuma refuerza el sentido de aislamiento y angustia. Las composiciones de Simon Smith son, en su mayoría, inquietantes y etéreas, mezclando cantos tradicionales con sonidos ambientales que evocan la conexión entre lo sobrenatural y lo natural. La música es minimalista, evitando melodías obvias y manteniéndose en segundo plano, como un murmullo que incrementa la sensación de peligro inminente.


La fotografía de Joan Bordera explora las sombras y los paisajes naturales de forma magistral, utilizando la naturaleza como un personaje más de la historia. Los planos en la remota montaña, envueltos en niebla y vegetación, crean una sensación de aislamiento casi tangible. Las tomas cerradas y desenfocadas en los momentos de tensión transmiten el desconcierto y el miedo de los personajes, mientras que los tonos fríos y sombríos contribuyen a la atmósfera mística.


Exhuma es una exploración visual y sensorial de los miedos ancestrales y del peso de las creencias tradicionales. Nos recuerda que, incluso en una sociedad moderna, hay fuerzas antiguas y misterios que permanecen más allá de nuestra comprensión. La conclusión deja al espectador reflexionando sobre el poder de las raíces culturales y la importancia de respetar lo desconocido. Al final, Jang parece transmitir un mensaje sobre la aceptación de las tradiciones y el respeto hacia los ancestros, destacando la fragilidad humana ante los misterios del universo.


Xabier Garzarain



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