Wicked: La historia que redefine Oz

Wicked (2024) es una adaptación cinematográfica de la exitosa obra de Broadway basada en la novela de Gregory Maguire. La película, dirigida por Jon M. Chu, nos ofrece una nueva perspectiva del mundo de Oz, centrando la atención en dos personajes, las brujas Elphaba (Cynthia Erivo) y Glinda (Ariana Grande), que nacen con destinos muy distintos pero que se entrelazan a lo largo de una amistad complicada y profunda. Mientras Elphaba lucha por ser aceptada en una sociedad que la rechaza por su apariencia y poderes, Glinda, la bruja buena, es la representación del ideal social y la superficialidad. La película se adentra en los matices de la lealtad, la traición, el poder y la identidad.


Jon M. Chu es un director conocido por su habilidad para capturar lo visualmente espectacular sin perder la profundidad emocional. Después de éxitos como In the Heights y Crazy Rich Asians, se ha convertido en un cineasta capaz de equilibrar la magia del cine comercial con una mirada sensible y humana. En Wicked, Chu no solo se enfrenta al desafío de adaptar una obra teatral monumental, sino que también aporta su toque personal, aportando una dimensión emocional más profunda al universo de Oz. Si bien mantiene el tono mágico y fabuloso del musical, le da un giro que toca temas más complejos y personales, lo que eleva la narrativa a otro nivel.







El ritmo de la película se mantiene constante, con escenas dramáticas y momentos musicales que no solo avanzan la historia, sino que permiten a los personajes desarrollarse. Sin embargo, el ritmo tiene ciertos altibajos: en algunos momentos se toma más tiempo para profundizar en las emociones y relaciones entre los personajes, lo cual es necesario, pero en otras ocasiones la película parece estancarse, como si estuviera jugando a alargar el tiempo. No obstante, la estructura es sólida, y la forma en que los números musicales se intercalan con la trama es eficaz, sin restar peso a la historia.


Las interpretaciones de Cynthia Erivo como Elphaba y Ariana Grande como Glinda son impresionantes. Erivo le da vida a Elphaba con una intensidad que no solo se refleja en su canto, sino en la complejidad emocional de su personaje. La actriz lleva a Elphaba desde la inseguridad hasta el desafío feroz, logrando que el público se conecte con su dolor y determinación. Ariana Grande, por su parte, ofrece una interpretación encantadora como Glinda, llena de gracia y simpatía, pero también con una dulzura que se va transformando en algo más profundo a medida que su personaje madura. Su química con Erivo es palpable, creando una relación que es tanto entrañable como desgarradora.






El rodaje de Wicked estuvo plagado de desafíos, sobre todo debido a la ambiciosa recreación del mundo de Oz. Una de las anécdotas más curiosas del rodaje fue el uso de tecnologías de vanguardia para las escenas de vuelo de Elphaba. Para crear la sensación de libertad y la lucha interna del personaje, los realizadores optaron por efectos visuales innovadores que daban la impresión de que la protagonista estaba desafiando la gravedad, un tema central de la historia. Además, el diseño de los escenarios y los efectos visuales fueron cruciales para recrear el mágico mundo de Oz, ofreciendo al espectador una atmósfera fantástica y visualmente espectacular.


La música, por supuesto, es uno de los mayores logros de la película. Las canciones originales del musical de Stephen Schwartz siguen siendo el alma de la historia. Temas como Defying Gravity y Popular no solo sirven como puntos culminantes emocionales, sino que son ejecutadas con una pasión que va más allá de las versiones teatrales. Cynthia Erivo y Ariana Grande no solo destacan por sus voces excepcionales, sino por cómo logran transmitir el peso emocional de sus personajes a través de la música. Las canciones son mucho más que simples números musicales; son momentos de catarsis para los personajes y el público.







La fotografía, a cargo de Alice Brooks, no decepciona. Los paisajes de Oz son deslumbrantes, llenos de colores vibrantes que reflejan el conflicto interno de los personajes. Los tonos de verde, dorado y morado dominan la película, estableciendo una atmósfera mágica pero cargada de tensión. La forma en que la cámara captura los momentos más íntimos de los personajes, en contraste con los momentos de gran espectacularidad visual, refuerza el tema de la lucha interna de Elphaba y Glinda. La fotografía crea una textura visual que va más allá de lo superficial, envolviendo al espectador en un mundo que refleja las emociones y pensamientos de los protagonistas.


El vestuario es otro de los aspectos clave de la película. Los trajes no solo son deslumbrantes, sino que están diseñados para resaltar la personalidad de los personajes. Elphaba, vestida en tonos oscuros y verdes, se ve como una figura imponente que desafía las normas sociales. Por el contrario, Glinda luce trajes brillantes y coloridos, que simbolizan su posición privilegiada en la sociedad. Los trajes ayudan a establecer una conexión visual inmediata con los personajes y subrayan la brecha entre ellos. Además, los cambios de vestuario a lo largo de la película también reflejan el desarrollo de los personajes: mientras Elphaba pasa de ser una chica desaliñada a una bruja poderosa, Glinda se transforma de una joven superficial en una mujer más compleja y madura.






La conclusión de Wicked no solo cierra la historia de manera emotiva, sino que también deja al público con una reflexión sobre la lucha interna, el poder y el destino. Como dijo alguna vez la directora de cine francesa Agnès Varda, “el cine no es una mentira, es un reflejo de la vida”. En este caso, Wicked ofrece un reflejo de la lucha contra la opresión, de la aceptación personal y del poder de la amistad. La película subraya la idea de que a veces la verdad se oculta detrás de la apariencia, y que los juicios previos son lo que realmente puede definir nuestro destino.


Jon M. Chu, en su mensaje final, parece invitarnos a cuestionar nuestras propias creencias sobre el bien y el mal, sobre lo que es justo o injusto. Nos deja con una pregunta poderosa: ¿quiénes somos realmente cuando desafiamos las expectativas impuestas por la sociedad? En sus palabras: “Wicked no es solo sobre el mal, es sobre la forma en que las personas se convierten en lo que la sociedad les dice que sean, y cómo, a veces, debemos desafiar esa narrativa para ser verdaderamente libres”. Así, Wicked no solo es un viaje a través de Oz, sino una exploración profunda de los matices de la humanidad, del poder y de la resistencia frente a la adversidad. Es una obra que, aunque visualmente espectacular, no pierde de vista el mensaje central: todos tenemos el poder de definir quiénes somos.


Xabier Garzarain 




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