“Onshen Shark”El terror de las aguas termales.
“Onshen Shark,” dirigida por Morihito Inoue, es una intrigante mezcla de ciencia ficción y horror que trae a la pantalla una originalidad propia de las producciones tokusatsu, un género japonés que se caracteriza por su uso intensivo de efectos especiales. La película presenta una historia en la que tiburones prehistóricos, evocando imágenes del Megalodón y con reminiscencias a “Jaws”, emergen de las profundidades para sembrar el caos en un lujoso hotel con aguas termales.
El ritmo de la película es un elemento clave que mantiene al espectador al borde de su asiento. Inoue logra equilibrar momentos de tensión con toques de humor, lo que permite una experiencia más amena y entretenida. La trama, aunque puede parecer sencilla a primera vista —la lucha por sobrevivir ante la amenaza de los tiburones—, se enriquece con subtramas que exploran la avaricia humana y la obsesión por las redes sociales, reflejada a través de personajes como los influencers que buscan capturar la “experiencia del tiburón” para sus seguidores.
El elenco, encabezado por Kiyobumi Kaneko y Takuya Fujimura, entrega interpretaciones sólidas que se benefician del guion ingenioso de Inoue. Los personajes son arquetípicos, pero están bien desarrollados, lo que permite que los actores aporten matices a sus roles. Daniel Aguilar, en el papel del Dr. Morelli, se destaca por su carisma, añadiendo un toque de locura científica que recuerda a figuras como el Dr. Hooper de “Jaws”. La interacción entre los personajes principales y los secundarios también es notable, lo que contribuye a la fluidez de la narrativa.
“Onshen Shark” se relaciona con clásicos del cine de monstruos y películas de tiburones, como “Jaws” y “Deep Blue Sea”, pero ofrece un giro fresco al incorporar elementos de comedia y un enfoque en la cultura contemporánea de las redes sociales. Comparada con producciones más recientes como “The Meg”, esta película destaca por su enfoque artesanal y su atmósfera más íntima, a pesar de la presencia de CGI llamativo.
El atrezo y el vestuario reflejan un cuidadoso diseño que combina elementos tradicionales japoneses con una estética moderna. Las escenas en el hotel, junto a las aguas termales, se construyen con un detalle que resalta la opulencia y la cultura local. Sin embargo, el uso de la “espectacular aleta de tiburón” mencionada en la producción también demuestra un deseo de rendir homenaje a la artesanía del cine, lo que contrasta con la omnipresencia del CGI.
La música de Yuzuru Jinma complementa la narrativa, utilizando sonidos que intensifican la tensión en las secuencias de ataque y añaden un toque dramático a las escenas más tranquilas. La fotografía de Kouichi Inokuchi destaca por su capacidad para capturar tanto la belleza del entorno natural como la claustrofobia de las escenas de acción, creando un contraste visual efectivo que mantiene el interés del espectador.
Una de las anécdotas más interesantes del rodaje es la colaboración con aficionados al tokusatsu, lo que no solo permitió la construcción de la famosa aleta de tiburón, sino que también propició un sentido de comunidad entre los creadores y los fanáticos del género. Esta participación añade un aire de autenticidad a la película, reforzando la idea de que “Onshen Shark” es tanto un homenaje al cine de monstruos como una crítica a la superficialidad de la sociedad contemporánea.
La inspiración detrás de “Onshen Shark” proviene de la rica tradición del cine de criaturas, pero Inoue también se sumerge en la crítica social. A través de la historia de un virus que provoca caos en un entorno de riqueza y lujo, la película se convierte en una reflexión sobre la fragilidad de la fortuna y la inevitable llegada de las consecuencias de la avaricia humana. El director nos invita a considerar que, al final del día, la humanidad puede ser su propio peor enemigo.
En resumen, “Onshen Shark” se erige como una propuesta audaz que logra capturar la esencia del género, al tiempo que se adentra en críticas relevantes sobre la sociedad actual. Es una película que entretiene y provoca reflexión, dejando al espectador con una sensación agridulce sobre el futuro de un mundo que a menudo se rige por intereses egoístas. Al combinar humor, horror y una crítica mordaz, Inoue ofrece un producto cinematográfico que no solo es divertido, sino también profundamente significativo.
Xabier Garzarain



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