“Terrifier 3” El villano más Gore.
Crítica de “Terrifier 3”(2024) dirigida por Damien Leone
La nueva propuesta de Damien Leone nos introduce de nuevo en la espiral de horror y tensión del payaso Art, el aterrador villano que ha ganado notoriedad en el género de terror moderno. En esta entrega, titulada extraoficialmente como “Art Vuelve”, Leone continúa explorando los límites del horror con un estilo brutal y desinhibido, elevando al temible payaso al nivel de un auténtico monstruo cinematográfico.
Con una duración de 125 minutos, “Terrifier3” mantiene un ritmo calculado que oscila entre momentos de calma y violencia extrema. Leone utiliza este ritmo para crear una atmósfera de inquietud constante, como si la calma fuera solo un espejismo previo a una nueva ola de terror. La trama de esta secuela se centra en la supervivencia y el trauma: Sienna y su hermano intentan superar la masacre vivida, y el contraste entre sus esfuerzos por abrazar el espíritu navideño y el regreso de Art genera un inquietante choque de atmósferas. Leone juega con esta dualidad, construyendo una narrativa donde la Navidad se convierte en una ironía cruel frente a la imparable sed de sangre del payaso.
David Howard Thornton vuelve a interpretar a Art, y su presencia es, sin duda, el núcleo de la película. Thornton sabe dar vida a un personaje que, sin diálogos, transmite terror a través de gestos exagerados y miradas perversas. Art es sádico, pero su actuación evoca también un humor negro, lo cual lo vuelve una figura casi carismática, aunque aterradora. Lauren LaVera en el papel de Sienna ofrece una interpretación conmovedora: su personaje no es solo una víctima, sino una luchadora marcada por el trauma, que intenta encontrar algo de paz para ella y su hermano. La química y el sufrimiento compartido entre los dos añaden una capa emocional al relato, lo cual no es común en este tipo de cine. Chris Jericho, aunque tiene un papel secundario, aporta una interesante mezcla de seriedad y cinismo, encarnando a una sociedad que observa el horror con una mezcla de morbo y desprecio.
Leone ha encontrado en Art un emblema del terror moderno, y su estilo recuerda a asesinos icónicos como Jason Voorhees y Michael Myers, pero con un toque más gráfico y nihilista. Comparado con producciones recientes como Terrifier 2, Leone sigue llevando al extremo la violencia explícita y el terror psicológico, distanciándose del estilo más psicológico de filmes como It Follows o Hereditary, que optan por una construcción más lenta del miedo. En este sentido, “Art Vuelve” se acerca más al subgénero de gore extremo, lo cual podría desconcertar a aquellos que buscan una experiencia menos gráfica.
El vestuario y el diseño de Art son claves para el impacto de la película. El traje de payaso, sucio y descompuesto, junto con el maquillaje grotesco, refuerzan su imagen como una figura sacada de una pesadilla. En cuanto a los decorados, Leone utiliza escenarios domésticos y cotidianos, lo que aumenta el horror al contraponer lo familiar con lo macabro. La estética navideña, con luces y adornos festivos, crea un contraste inquietante cuando se mezcla con la presencia de Art, logrando que cada rincón se vuelva una posible trampa mortal.
La banda sonora de “Terrifier 3” recurre a composiciones discordantes que potencian los momentos de máxima tensión y crean un ambiente perturbador incluso en las escenas más tranquilas. Damien Leone combina una partitura original con sonidos diegéticos que se vuelven una extensión del miedo en pantalla. La fotografía opta por tonos oscuros y sombras profundas que hacen de cada escena un juego de luces y penumbras, lo cual refuerza la sensación de amenaza constante. La yuxtaposición de luces navideñas con sombras tenebrosas aporta un toque visual irónico que eleva el tono macabro de la historia.
“Terrifier 3” es una película que no teme llevar al público a un lugar oscuro y sádico, donde la violencia extrema y la celebración de lo macabro desafían los límites de lo soportable. Leone parece querer recordarnos la fragilidad de la paz y la calma que asociamos con la festividad navideña, y cómo un horror del pasado puede resurgir en cualquier momento, destruyendo nuestra aparente seguridad. En última instancia, el director sugiere que el verdadero terror no reside en la figura de un monstruo, sino en la posibilidad de que el mal siempre esté al acecho, listo para irrumpir en la vida cotidiana cuando menos lo esperamos.
Xabier Garzarain

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