“ Tiempo Compartido, cuando la vida se suspende”
“Tiempo Compartido”es una película que se adentra en los territorios de la nostalgia, el misterio y la introspección, siguiendo a cuatro personajes confinados en una casa que evoca recuerdos del pasado. Dirigida y escrita por Olivier Assayas, el film presenta un enfoque inusual sobre las dinámicas familiares y los fantasmas del pasado que resurgen cuando los personajes se ven obligados a pasar tiempo juntos. A lo largo de su carrera, Assayas ha demostrado ser un cineasta excepcionalmente hábil para capturar la psicología humana y las complejidades de las relaciones interpersonales, pero en esta obra parece emprender un camino aún más personal y abstracto.
Olivier Assayas es conocido por su habilidad para mezclar géneros y explorar temas profundos, como el paso del tiempo y las tensiones entre el individuo y la sociedad. A lo largo de su carrera, desde Irma Vep (1996) hasta Personal Shopper (2016), ha explorado temas como la identidad, la alienación y la transición cultural, siempre con un enfoque reflexivo. En Tiempo Compartido, Assayas mantiene su enfoque característico, pero lo lleva hacia una atmósfera más claustrofóbica y surrealista. La película, aunque también aborda las relaciones humanas, se aleja del realismo habitual en sus obras anteriores para sumergir al espectador en una atmósfera de desconcierto y nostalgia. Es una película en la que los recuerdos se desdibujan, las percepciones se distorsionan y la narrativa se vuelve más subjetiva.
La trama de Tiempo Compartido es simple, pero profundamente cargada de tensión emocional. Paul (Vincent Macaigne), un director de cine, y su hermano Etienne (Micha Lescot), un periodista musical, regresan a la casa de su infancia con sus respectivas parejas, Morgane (Nine D’Urso) y Carole (Nora Hamzawi), para pasar un tiempo juntos. Lo que comienza como un intento de relajación se convierte rápidamente en una atmósfera cargada de tensión, a medida que los viejos recuerdos y las emociones reprimidas resurgen, desafiando las relaciones y trastornando la cotidianidad. A medida que la película avanza, el confinamiento se convierte en una metáfora del tiempo detenido, y la realidad comienza a desdibujarse.
En cuanto al ritmo de la película, Assayas opta por un enfoque pausado, en el que las tensiones entre los personajes se desarrollan lentamente, lo que genera una atmósfera de incertidumbre. Este ritmo deliberadamente lento refuerza el tono de surrealismo de la película, en el que la percepción de los personajes sobre su entorno comienza a volverse cada vez más distorsionada. Aunque algunos puedan sentir que la película tarda en enganchar, es precisamente esta calma inquietante la que permite al espectador sumergirse completamente en el ambiente introspectivo y de tensión emocional que Assayas quiere transmitir.
Las interpretaciones son otro de los puntos fuertes de la película. Vincent Macaigne, Micha Lescot, Nora Hamzawi y Nine D’Urso ofrecen actuaciones que capturan perfectamente la ansiedad y la confusión de sus respectivos personajes. Macaigne, en particular, hace un trabajo impresionante al interpretar a Paul, un hombre atrapado entre el pasado y el presente, cuyas emociones reprimidas y su relación con su hermano Etienne son fundamentales para el desarrollo de la historia. Lescot, por su parte, interpreta a Etienne con una sutileza que refuerza el sentimiento de desconexión y frustración, mientras que las mujeres del grupo, Carole y Morgane, tienen papeles igualmente importantes, pues sus relaciones con los dos hermanos se ven distorsionadas por la tensión creciente en la casa.
En cuanto a las anécdotas del rodaje, se sabe que Assayas se inspiró en su propio pasado y en la experiencia de regresar a lugares llenos de recuerdos, lo que le permitió transmitir una sensación genuina de nostalgia y desorientación. La casa en la que se desarrolla la acción no es solo un escenario, sino que se convierte en un personaje más de la película, cargada de historia y significados. De hecho, Assayas eligió una casa que tenía una importancia personal para él, lo que añadió una capa extra de profundidad emocional al rodaje.
La película se sitúa en una especie de limbo temporal, en el que el pasado y el presente se entrelazan y se confunden. Este enfoque es un guiño a otras películas del mismo género, como El regreso de Carlos Reygadas, que también explora la relación entre el individuo y sus recuerdos. Sin embargo, Tiempo Compartido toma un enfoque más introspectivo, al alejarse de la violencia o los elementos sobrenaturales, para centrarse en las tensiones emocionales de los personajes. La atmósfera de la película, aunque surrealista, mantiene un tono más cercano al cine de autor europeo, con un enfoque en la psicología de los personajes.
En términos de música y sonido, el trabajo de la banda sonora es sutil pero efectivo. La música, compuesta por Thomas Belhom, complementa perfectamente la atmósfera de la película, con melodías que refuerzan el sentimiento de nostalgia y la sensación de que el tiempo se ha detenido. La dirección de arte, a cargo de François-Renaud Labarthe, también juega un papel fundamental al crear un ambiente que refleja la desorientación de los personajes. El diseño de vestuario, dirigido por Jürgen Doering, es simple pero efectivo, reflejando el paso del tiempo a través de prendas que evocan la cotidianidad de la vida familiar. No hay extravagancias ni ostentaciones; todo está diseñado para subrayar la intimidad y la fragilidad de las relaciones humanas.
La fotografía, bajo la dirección de Eric Gautier, utiliza planos largos y detallados que permiten al espectador adentrarse en los espacios y las emociones de los personajes. La iluminación juega un papel crucial, con sombras alargadas y una paleta de colores apagados que reflejan la atmósfera melancólica y surrealista del film. Los planos de la casa, con su arquitectura casi laberíntica, acentúan el sentimiento de claustrofobia y de estar atrapado en el tiempo.
En conclusión, Tiempo Compartido es una película que invita a la reflexión sobre el paso del tiempo, los recuerdos y las relaciones familiares. Olivier Assayas ha creado un retrato psicológico de los lazos familiares y cómo estos se ven alterados por el regreso a un lugar cargado de memorias. Si bien la película puede no ser para todos, especialmente por su ritmo pausado y su enfoque en la introspección, aquellos que disfrutan del cine de autor encontrarán en ella una obra profunda y conmovedora. La atmósfera surrealista y el tratamiento del tiempo como algo fluido y no lineal, ofrecen una experiencia única que va más allá del cine convencional.
El mensaje de Tiempo Compartido es claro: el pasado siempre está presente, y nuestros recuerdos, aunque distorsionados por el tiempo, siguen ejerciendo una poderosa influencia sobre nuestra vida actual. Assayas nos invita a cuestionar cómo nos relacionamos con nuestra historia personal y cómo los viejos fantasmas pueden resurgen cuando menos lo esperamos. En una época de cambios rápidos y confusión, Tiempo Compartido es un recordatorio de que las huellas del pasado, por muy enterradas que estén, siempre encuentran una manera de volver.
Xabier Garzarain





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