“Vaiana 2: ¿Un viaje sin sorpresas o una nueva aventura épica?”
David Derrick Jr., un nombre que en el ámbito de la animación ha sido clave en la creación visual de algunas de las películas más destacadas de Disney, vuelve a tomar las riendas de la secuela de Vaiana(2016), una de las producciones más aclamadas de la última década. Derrick, quien comenzó su carrera como artista de efectos visuales y diseñador, ha trabajado en películas como Lilo & Stitch(2002) y El rey león (2019), además de formar parte del equipo creativo de Vaiana como director de arte y diseñador visual. Su vinculación con esta franquicia no es accidental; el director tiene una profunda conexión con el mundo polinesio, no solo a través de su trabajo en la primera película, sino también por su pasión por las culturas del Pacífico y sus mitologías, un interés que ha sido crucial para darle vida a las historias de la región.
En esta secuela, Vaiana 2, Derrick asume la dirección junto con Jason Hand y Dana Ledoux Miller, expandiendo el universo iniciado en la primera entrega. Esta película mantiene la esencia que hizo tan querida a la original, pero Derrick se enfrenta al reto de darle una nueva dirección que honre el legado de Vaiana mientras impulsa la historia a nuevas alturas. Su papel como director de arte en el primer filme le ha permitido desarrollar una visión única de la cultura oceánica, creando un mundo visualmente impresionante y lleno de detalles que ahora lleva más allá, desarrollando nuevos mitos y leyendas que se sumergen aún más en las aguas del folclore polinesio.
A lo largo de su carrera, Derrick ha explorado la animación como un medio para transmitir historias que no solo entretienen, sino que también conectan con la esencia cultural de los lugares que retrata. En Vaiana 2, su evolución como cineasta se refleja en la capacidad de construir una narrativa que, aunque conocida, ofrece nuevas perspectivas sobre los mismos personajes, reafirmando la importancia de las tradiciones y las raíces ancestrales, sin perder el tono aventurero que caracteriza a la saga.
Con esta secuela, Derrick no solo retoma a los icónicos personajes de Vaiana y Maui, sino que también profundiza en los temas que marcaron el primer filme: la exploración, la conexión con los ancestros y la relación con el mar. En este sentido, la película se presenta como una extensión natural de su trabajo anterior, pero también como un nuevo capítulo que desafía las expectativas del espectador, explorando aún más la complejidad de sus protagonistas y su lugar en un mundo lleno de mitología y aventura.
Esta relación con Vaiana 2 refleja el sello personal de Derrick como director, quien ha conseguido unificar elementos visuales, narrativos y musicales en una película que no solo es entretenida, sino que también sigue transmitiendo un mensaje profundo sobre el autodescubrimiento, la pertenencia y el legado cultural.
La secuela de Vaiana (2016) llega con la promesa de continuar la exploración de la cultura polinesia y el mundo de aventuras marinas que conquistó tanto a niños como adultos. En esta entrega, dirigida por David Derrick Jr., Jason Hand y Dana Ledoux Miller, la trama se expande, manteniendo los elementos mágicos y la esencia de la película original mientras introduce nuevos desafíos para Vaiana y Maui, tres años después de su primer encuentro.
David Derrick Jr., quien ya trabajó como diseñador visual en Vaiana, y sus compañeros de dirección, se enfrentan al reto de seguir el legado de la exitosa película original, dirigida por Ron Clements y John Musker. La evolución es notable en términos de la ambición visual y narrativa, aunque la fórmula sigue siendo similar. Mientras que Vaiana fue una oda al autodescubrimiento y la conexión con la naturaleza, Vaiana 2 profundiza en la relación de la protagonista con sus ancestros, desarrollando aún más su conexión con el mar y sus raíces, pero la trama, aunque entretenida, puede parecer predecible en ciertos momentos.
El ritmo de Vaiana 2 es ágil y mantiene al espectador enganchado, con giros de aventura y momentos cómicos que aligeran la intensidad emocional de las escenas más profundas. Sin embargo, hay una sensación de “viaje de retorno”, en el que las peripecias de los personajes no avanzan demasiado respecto a su desarrollo personal. La llamada de los antepasados, que motiva la aventura, aporta una nueva dimensión, pero la historia, aunque entretenida, puede parecer predecible en ciertos momentos.
Auli’i Cravalho vuelve a dar vida a Vaiana, mostrando la misma frescura y fortaleza que hizo que su personaje se ganara el cariño del público en la primera película. Dwayne Johnson regresa como Maui, pero en esta ocasión, su personaje ofrece una faceta algo más introspectiva, lo que permite a Johnson mostrar su rango más allá de la faceta cómica del semidiós. La química entre ambos sigue siendo uno de los puntos más destacados de la película.
El rodaje de Vaiana 2 estuvo marcado por el desafío de continuar una historia exitosa y la incorporación de nuevos elementos visuales. La animación digital, que sigue siendo uno de los pilares de la saga, se actualiza y refina, lo que añade complejidad al trabajo detrás de las escenas. La colaboración de un equipo de compositores como Mark Mancina y Opetaia Foa’i también ha jugado un papel esencial en la creación de una banda sonora que evoca tanto la majestuosidad de la isla como la aventura épica.
En cuanto al género de animación y aventura, Vaiana 2 se mantiene dentro de los parámetros establecidos por su predecesora y otras películas de Disney como Moana o Frozen 2. Sin embargo, Vaiana 2 se aleja ligeramente del esquema clásico de princesa Disney al centrarse en una protagonista ya empoderada y con una misión clara. La influencia de las leyendas del Pacífico y la mitología de la región también resalta, situándola en una categoría única dentro de la animación moderna.
La música de Vaiana 2, bajo la batuta de compositores como Abigail Barlow, Emily Bear, y Mark Mancina, es uno de sus puntos fuertes. Los números musicales mantienen el toque emocional de la original, especialmente con temas que vinculan el folklore polinesio con la modernidad de la animación. El vestuario, aunque no tan prominente como otros aspectos visuales, sigue una línea fiel a la tradición polinesia, reflejando el espíritu aventurero de los personajes sin perder la conexión con la cultura original.
La fotografía, en su vertiente animada, sigue siendo impresionante, con paisajes exóticos y marinos que cobran vida en pantalla. Los detalles en el atrezo, como los elementos naturales y los barcos, contribuyen a crear una atmósfera que transporta al espectador a las islas del Pacífico, con colores vibrantes que reflejan el alma de Oceanía.
Vaiana 2 es una película que amplía el mundo de su predecesora, pero se enfrenta al desafío de mantener la frescura de la original. Si bien tiene momentos de brillantez visual y musical, la historia no ofrece tantos riesgos narrativos como la primera entrega. Sin embargo, el mensaje sigue siendo relevante: la importancia de la conexión con los ancestros, el mar y la naturaleza. El director, al igual que en la primera película, nos transmite la idea de que el viaje de autodescubrimiento no termina nunca, invitándonos a explorar las profundidades de nuestro propio ser y de la historia que llevamos dentro.
Xabier Garzarain


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