“The Long Walk:”el paso eterno de una humanidad que se niega a rendirse.
Francis Lawrence no ha filmado una distopía más, ha filmado un espejo. Su trayectoria, marcada por la tensión entre lo espectacular y lo íntimo, ha pasado de los escenarios de masas de Los juegos del hambre al aislamiento existencial de Soy leyenda, y de allí a este proyecto que lo desnuda como autor. En The Long Walk, estrenada en 2025, Lawrence abandona la pirotecnia para abrazar lo elemental: el cuerpo, el tiempo, la resistencia. Se basa en una novela de Stephen King escrita bajo seudónimo, pero la convierte en algo más: una parábola sobre la obediencia y la fe, sobre el deseo de sobrevivir incluso cuando ya no hay nada por lo que luchar. Su cámara ya no observa multitudes, las acompaña. No hay distracción, ni artificio. Solo la marcha, el polvo, el sudor, la certeza de que el cine también puede doler físicamente. La película comienza con la inocencia de una carrera que parece juego. Cien adolescentes se alinean frente a la carretera y saludan al público que los vitorea. Una v...